Residencias y viviendas: una vida de hogar

Te proponemos un ejercicio mental:

  • ¿Cuántas personas entre 20 y 50 años con discapacidad intelectual o del desarrollo crees que viven de forma independiente en tu comunidad?
  • ¿Cuántas personas entre 20 y 50 años con discapacidad intelectual o del desarrollo crees que viven en una residencia o pisos tutelados?
  • ¿Cuántas personas entre 20 y 50 años sin discapacidad intelectual o del desarrollo crees que viven de forma independiente en tu comunidad?
  • ¿Cuántas personas entre 20 y 50 años sin discapacidad intelectual o del desarrollo crees que viven en una residencia o pisos tutelados?

¿¿¿Se te invierten los números??? 

Bienvenidos al mundo de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y a la vulneración constante de sus derechos.

“La mayoría de las personas que viven en instituciones parecen ser personas con discapacidad intelectual. Alrededor de 36.000 personas que viven en instituciones, son personas con discapacidad y la mayoría de ellas (91%) son personas con discapacidad intelectual. Se informó de que el 20% de todas las personas con discapacidad intelectual viven en una institución. 17.000 personas vivían en centros psiquiátricos.”

Informe Europeo del Grupo de Expertos en transición desde el cuidado institucional al comunitario” (2020)

Hemos normalizado que somos los demás los que decidimos lo que es bueno o no para las personas con discapacidad intelectual, hemos priorizado al grupo y las normas organizativas por encima de la individualidad, el miedo o desconocimiento a perder el control nos ha llevado a establecer normas continuas de funcionamiento y en nuestro pensamiento de estar haciendo lo mejor hemos vulnerado todos los derechos de las personas.

Mi vida sin mi

“A veces tu vida no es tu vida, pertenece a otros. A veces tenemos a mucha gente a nuestro alrededor, pero nos sentimos solos. ¿Qué sentirían los demás si vivieran nuestras vidas durante unos días?

Esto es lo que piensan las personas con discapacidad intelectual

“Según el estudio de Todos somos Todos, del INICO y Plena inclusión (2017), un 40% de las personas con menos necesidades de apoyo no puede elegir dónde vivir ni con quién vivir, porcentaje que asciende al 70% en el caso de personas con grandes necesidades de apoyo”

En VALE desde que se inauguró la residencia nuestra filosofía siempre ha sido

“crear un hogar, ofreciendo unas instalaciones adecuadas, un entorno afectivo y un clima familiar… siendo el objetivo esencial el respeto al derecho a vivir de la manera más autónoma e independiente posible sin renunciar a tener un proyecto de vida significativo, basado en la individualidad de cada persona”

El artículo 19 de la Convención de los derechos de las personas con discapacidad establece el derecho de las personas a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad, en un marco de igualdad, como el resto de las personas. También el principio 18 del Pilar Social Europeo establece que “toda persona tiene derecho a cuidados de larga duración asequibles y de buena calidad, y, en particular, de asistencia a domicilio y servicios comunitarios”.

Conseguir esto, significa asegurar que las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo que viven en instituciones tengan la opción de transitar hacia servicios de apoyo personalizados y comunitarios que ellos mismos elijan y controlen.

Este proceso se llama desinstitucionalización.

En nuestra asociación a pesar de estar alineados desde siempre con esta filosofía iniciamos procesos de transformación que vienen a apoyar la desinstitucionalización, sin embargo, sabemos que no todo a lo que aspiramos es posible, por lo que durante este 2023 vamos a acometer una serie de acciones que nos aseguren esta vida de hogar y nos alinee para en 2024 conseguir una transformación plena basada en la personalización y vida en comunidad.

Destino: una buena vida, con buenos apoyos, en buenas comunidades. 

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